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Adiós amor



      
Cansado y casi sin aliento intentaba aspirar oxígeno, pero ni tan siquiera tenía fuerzas para ello. Entré en su aposento y no quería creérmelo. Parecía que aquella escena sólo existía en mí y no en el mundo real. De mi mundo quería apartarme pero me fue imposible. Era una auténtica y amarga realidad.

La encontré tendida en el féretro con sus blancas manos entrelazadas y apoyadas en su pecho. La alianza de nuestra unión matrimonial brillaba por los reflejos de la luz de la vela que tantas veces alumbró nuestras más románticas escenas de amor. Sus rojas uñas contrastan con su blanco rostro. Era un rostro embellecido, radiante, bello y cálido. Ese bello rostro seguía inalterable incluso en el día de su adiós. Sus rizados cabellos descansaban sobre sus hombros. Mientras la miraba, no podía evitar contener la caída de mis lágrimas que estallaban en aquel momento turbulento para ahogarme el alma.

Su traje blanco se empapó de mis angustiosos suspiros. Se fue. Se marchó. Se apartó. Me dejó mi bella dama en el más profundo pozo de mi destierro.


Paco Morán (1-4-95)
                                                                                                                                                                                
Nunca pensé que mi camino hacia el cementerio acabaría después que el tuyo

ABRAZAME EL ALMA



Mi vida era  la historia de una tierra gris, donde habitaba un árbol sin frutos, sin plantas, sin flores, sin esperanza. Era una tierra donde los animales despiadados cortaban el aire con sus afiladas garras. Mi vida existía en un mundo sin sueños, sin ilusiones, sin anhelos. Mi vida era plana, insostenible, vacía y amarga.

Pero un día, un buen día, un rayo de sol iluminó mi cielo gris abriéndose paso entre espesas y negras nubes. Me enseñó esa luz que más allá de la nada mis ojos podían ver. Había un paraíso lleno de cosas bellas que podía oler, mirar y sobre todo sentir. Una persona llegó con ese rayo de luz para devolverme la risa, la alegría y el entusiasmo que necesitaba para continuar en la lucha del día a día. Su presencia hace que mi imaginación eche a volar.

Ahora parece que el tiempo no pasa por mi vida y mi corazón parece salirse del pecho para estar un poco más cerca de él. Él es lo mejor que me pasó en mucho tiempo porque devolvió el color a mi tierra gris. Me regaló el arco iris y el aroma de las rosas. Cada día le entrego mi alma para que pueda abrazarla fuerte y no me deje ir. Le pido al destino que nunca le aparte de mí, pues sin el calor de su sonrisa ya no podría vivir.

                                                      

 Lo que deseas tener siempre, lo encontrarás.

A Veces



A veces, las historias suceden por coincidencia. A veces, detrás de unas palabras nunca se sabe cómo éramos entonces antes de conocernos, ni como nos sentíamos antes de encontrarnos. A veces, tras una imagen auditiva nunca sabes si hay una mentira o una verdad. A veces, el destino quiere que dos personas se encuentren, como a veces las estrellas coinciden con la luna y no saben como reaccionar. Tú y yo solos sabemos que cada noche nos esperamos en la radio. Y mutuamente sin saber por qué, sin saber dónde estás ni quien eres, pero sé que un día llegaste a mí y desde entonces la cita se ha enquistado.

Y cuando llega la noche y llego a ti y tú llegas a mí, lo haces como un aire limpio y fresco que me hace respirar algo puro. Cuando me siento cansado y ahogado, nada me hunde porque tú portas la soga de mi salvación. Cuando nada me dejaba ser feliz apareces con tu oda de sensibilidad, siempre esperando mis palabras sin pedir nada a cambio. Bueno, la verdad es que yo tampoco pido nada. Líbreme Dios de pedir nada con todo lo que tú me das.

Ahora que tengo aire libre lleno de pureza y puedo ver con claridad, veo con mis profundos ojos tu ternura y calidez. Veo a alguien en quien confiar. Nunca nos prometemos nada pero nos entendemos. Solo sé que entre tú y yo hay algo puro, limpio, libre, apasionado y sincero.


Paco Morán (11-8-2008)

A veces, solo a veces, encuentras
 lo que deseas tener siempre.

Radio sensual

El Vagabundo te ofrece una radio sencilla y ambiciosa. Una radio que no se conforma con sonar, sino que quiere comunicar. Una radio humana y solidaria que quiere estar contigo en tu hábitat para luchar contigo en las trincheras de la vida.

Una radio que se emociona y vibra a la menor emoción. Una radio que se estremece ante la supremacía del sentimiento. El Vagabundo te entrega cada noche una radio sensual hecha con todos los sentidos y para los sentidos. Pretendo cada noche que mi radio huela y acaricie. 

Paco Morán (26-11-95)


Toca el botón del volumen con la suavidad que utiliza el ladrón cuando acaricia el botón de la  caja fuerte que pretende abrir

Me gustaría ser flor


¿Sabes que te hablo desde el rincón más oscuro de la ciudad?
La luna me da la luz suficiente para que pueda ver lo que me rodea. Tengo sobre la mesa algunos libros, un poco de música almacenada y 28 letras que deambulan por mi mente. Tengo frente a mí una rosa, me la ha regalado una mujer que me la ha dejado hace nada en la radio de El Vagabundo. Apareció la dulce dama con un leve perplejo de timidez. Me la tiró desde el balcón cuando por debajo pasé. No vi a esa mujer pero si puedo percibir el olor de su perfume.

La rosa ha dejado su aroma en otro lugar para traerme ese oloroso recuerdo de la desconocida. Hoy querido oyente, me gustaría ser rosa para saber qué hablan las flores de los seres humanos, para saber como se aman entre ellas. Flores calladas, observándolo todo, mirando como algunas se marchitan. Me gustaría ser flor para regalar al mundo su aroma y su belleza. Pero las flores reciben a cambio el veneno, la violencia y el desprecio de los hombres. Voy a regalar esta rosa a quien esta noche me la solicite. Quiero entregar su olor a la mano que acaricie mi rostro.

Me gustaría convertirme en flor durante algunas horas para saber qué piensan de nosotros. Me gustaría que me enseñaran a responder con amor al odio. Yo no podría responder como lo hacen las flores, proporcionando olor a la mano que me maltrata. Me deleitaría reunirme contigo a solas en este valle de la meditación, aquí nos consolaríamos para dejar de pensar en este mundo sórdido y confuso. Seamos flores por unas horas para perfumar el inmenso estercolero de la humanidad.

                                             
Paco Morán (13-12-95)

 Hoy me he disfrazado de flor para que me acaricies y me huelas

Promete


Para que prometer lo que no tengo, prefiero no prometer nada. Cientos de veces te he dicho que mi único patrimonio es la palabra para hacer estas horas de radio. No puedo más que darte una combinación de ellas mezcladas con un poco de música. Y es que nadie puede dar lo que no tiene. Solo cuando estás bien contigo mismo puedes dar lo que tienes. Cuando estás bien contigo estás bien con los demás. Sólo cuando sabes interpretar tu soledad y hablar con ella, puedes manejar una relación. Hermano, necesitas valorarte para valorar a los demás, quererte para querer a los demás, respetarte para respetar a los demás y aceptarte para aceptar a los demás.
Hoy en día ya nadie puede dar lo que no tiene dentro de sí. Ten presente que ninguna relación te dará la paz que tú mismo no hayas creado en tu interior. Ninguna relación te brindará la felicidad que tú mismo no construyas. Sólo podrás ser feliz con otra persona cuando seas consciente que eres feliz incluso cuando ella no está a tu lado. Sólo podrás amar siendo independiente, hasta el punto de no tener que manipular ni manejar a la mujer que dices querer. Dos personas que se unen por el deseo de hacerse feliz la una a la otra, no siempre deben estar cerca. Dos personas que se unen con el fin de compartir su felicidad propia, lograrán una felicidad duradera. Para amar necesitas una humilde autosuficiencia, necesitas autoestima y la práctica de una libertad responsable. Pretender que otra persona nos haga felices es una fantasía anacrónica sin esperanza que sólo traerá frustraciones. Debes poner de tu parte. Por eso, ámate mucho, madura, reflexiona, y el día que puedas y lo necesites, ama al prójimo como a ti mismo.           
Hermano, no has venido a este mundo para cumplir tus expectativas.
Compañero, no has venido al mundo para cumplir mis expectativas.
En la radio hago por ti lo que puedo. Tú haces lo que haces sin tener en cuenta lo que digo. Yo soy El Vagabundo, un ser incompleto pero no imperfecto. Tu eres tú, un ser completo aun con tus carencias. Si nos encontramos y nos aceptamos, si nos aceptamos y nos respetamos, si somos capaces de no cuestionar nuestras diferencias y de celebrar juntos nuestros misterios, podremos caminar el uno junto al otro.

           

Hermano, no has venido a este mundo para cumplir tus expectativas.
Compañero, no has venido al mundo para cumplir mis expectativas.
En la radio hago por ti lo que puedo. Tú haces lo que haces sin tener en cuenta lo que digo. Yo soy El Vagabundo, un ser incompleto pero no imperfecto. Tu eres tú, un ser completo aun con tus carencias. Si nos encontramos y nos aceptamos, si nos aceptamos y nos respetamos, si somos capaces de no cuestionar nuestras diferencias y de celebrar juntos nuestros misterios, podremos caminar el uno junto al otro.


Paco Morán (4-7-2009)

No prometas nunca lo que no tengas


Presiento felicidad


No tengo la evidencia de la vida después de la muerte, pero tengo certezas en esta vida, la muerte aún no me ha llegado. El reconocimiento del anhelo más profundo de mi ser, me lleva a la intuición de lo absoluto e incluso de lo absurdo. Distingo el ansia como mi propia esencia. Percibo a través de mi cuerpo todo lo que me rodea, la realidad se expresa por sí misma. Concibo en mí un sentimiento de placer o dolor, no sé... Analizo la naturaleza de ambos acuciada por un vacío intenso. Quiero descubrir la vida pero no conformarme con ella. Si he de sufrir, pretendo que sea por una buena razón.

Te pregunto si hoy puedes ofrecerme una respuesta. Sólo escucho una en mi interior. El placer y la felicidad son conceptos distintos. Imagino poseer todo aquello que proporciona deleite a mis sentidos ¡Qué escaso valor de lo breve e insuficiente para mi deseo! ¡Qué precio tan elevado el sufrimiento de los seres! Sin embargo, ciertos placeres me suscitan una caricia interior, un destello de esperanza, una vanidad desvanecida...

De la ilusión brotan alas invisibles y sueños imposibles. Toda la belleza fundida en un abrazo de amor se esfuma sin esperarlo. Dos amantes separados, perdidos en el espacio y el tiempo en un reencuentro eterno. Le entrego mi vida a mis ojos, el ensueño me torna más bello. Con ingenuidad hoy  presiento la felicidad.


Paco Morán (23-12-95)

Cuando un amor se marcha, la soledad inunda tu entorno

Preguntas



¿Qué prefieres, hablar de amor o hacer el amor?
¿Qué distingues, hablar de sueños o soñar?
¿Qué escoges, hablar de muerte o morirte?
¿Qué antepones, hablar de respiración o respirar?
¿Qué seleccionas, odiar o ser odiado?
¿Qué eliges, fumar o ver fumar?
¿Qué sueles hacer, poner la otra mejilla o devolver el golpe?
¿Qué necesitas, amar o ser amado?
¿Qué ves en la lejanía, esperanza o caos?

Cualquiera puede hablar de todo ello y hacer lo que su conciencia dicte. Al final todos sabremos interpretar todas esas preguntas.

Paco Morán (4-3-95)


Me gusta ver al personaje cómo se esconde detrás de una pregunta indiscreta

Por todo


Yo no estoy con los marginados por solidaridad, sino por compañerismo, dado que los siento de mi semejante tribu. Sé lo que es esperar y desesperar. Sé de la ambición, del desengaño, de la injusticia, del fracaso y de la traición. Sé todo sobre ello a causa de que muchas veces le he visto las orejas al lobo.

Paco Morán (2-5-96)

 La paciencia es la única virtud y esperanza de los marginados

Piensa


Piensa hermano ya que el pensamiento está libre de impuestos, al menos mientras no lo publiques o comercialices con él. Piensa por el puro regodeo que genera el pensar, aunque sea en nada. Total, no te cuesta nada.

Simplemente te pido que pienses para poner en funcionamiento la sofisticada maquinaria de tu cerebro. Piensa por hacer honor a la condición de animal racional. Piensa por que de lo contrario alguien pensará por ti y te robará tu ideología. Y bien sabes que eso no me gusta.
                                                        
Paco Morán (28-9-96)


Sólo el pensamiento purifica las ideas

Perdido en el tiempo


No sé cuando, pero fui un cínico en el mejor sentido de la palabra. Fui a veces un discípulo de Diógenes, aquel filósofo griego que vivía en un tonel y lucía taparrabos. Fui un hombre que andaba por el mundo con un farol en busca del hombre. Los cínicos me enseñaron a odiar los convencionalismos sociales y morales. Incluso fui en mi otra vida un Emperador que perdonaba vidas.
Me enseñaron en la vida pasada a volver mis ojos a la naturaleza y a considerarme ciudadano del mundo. Yo fui un discípulo de Cristo. Fui en otros tiempos un pescador de peces al que Jesucristo convirtió en pescador de hombres. De Jesús aprendí el amor a las criaturas y a los hombres por muy malos que fueran. De Cristo aprendí a conceder el perdón a mis enemigos. Como cuando fui Emperador.
De los hachazos de la vida he aprendido a valorar la importancia de los compromisos, la fidelidad de las causas y el sentido que tiene la solidaridad.

Yo fui un gladiador al que el Emperador le perdonó la vida. Fui un poeta maldito. Fui un vagabundo sin destino que buscaba cada madrugada un rumbo soñoliento. Fui un bohemio medieval. Fui un destructor del orden establecido. En todo lo que fui desde el principio de los tiempos perdidos, siempre anduve considerado como un tipo peligroso, a causa de que merodeaba sin dinero burlándome de los eclesiásticos. Me burlaba de los nobles, los monarcas, los adinerados, los sacerdotes, los emperadores, incluso de los que me perdonaron la vida. Fui un vividor, un clérigo que llevaba una vida irregular, pero aprendí de ellos el amor a la vida.

Fui además un revolucionario, ya que estuve en la toma de La Bastilla y en las barricadas que el pueblo montaba para luchar contra la burguesía y el absolutismo. De la revolución aprendí que no existe yugo que se resista cuando un pueblo se levanta para decir basta. También la revolución me enseñó el significado de la libertad cuando un pueblo quiere liberarse. Yo fui un anarquista. Del anarquismo aprendí a odiar el poder y a no renunciar a la utopía de conseguir lo que quiero en cualquier momento de la historia. En esta noche de penumbras pienso en lo que pude haber sido y al final no fui.


Paco Morán (8-3-95)

Paso lento


El Vagabundo anda descalzo por la madrugada de la vetusta Onuba. Hoy, sus calles se encuentran mojadas por el rocío de la noche. A través del cristal, también mojado por las gotas de la fina lluvia, mira una bella y desconocida dama. Contempla desde las alturas a un pobre solitario que camina con paso lento y buscando refugio donde pasar la madrugada. La lluvia moja sus largos cabellos. El viento de la angustia intenta secarlos.

Mientras, él levanta la mirada para contemplar el vacío que encuentra más allá del infinito. Pero allá unos ojos brillan en la distancia por las lágrimas que saltan de ellos. El Vagabundo oye voces doloridas que se pierden en la confusión, huele el mendigo de la palabra la sangre que borbotea desde las viejas suplicas. Si cada noche caminas con El Vagabundo, podrás vivir las mismas escenas en los distintos escenarios de la vida.

Paco Morán (7-9-96)


El cielo se ha convertido en el único techo de El Vagabundo

Pasión


El Vagabundo quiere darte las gracias por abrirle las puertas de tu casa y de tu corazón. Para ti que das sentido y comprendes la vida. Para ti que crees en mí. Para ti que me escuchas cada madrugada sin esperar nada a cambio. Para ti que me sigues y me buscas en la noche como si yo tuviera un gran valor. Para ti que me animas cuando me ves cansado y triste. Para ti que me ayudas a comprender el mundo. Para ti que sufres cuando yo sufro. Para ti que me aguantas y me lo perdonas todo. Para ti que miras mis ojos como una cercana estrella. Para ti que no te aburres de estar a mi lado. Para ti que cada noche me esperas como me esperaste el primer día. Para ti que compartes mis sueños. Para ti que me das una bocanada de oxígeno cuando me ves agotado. Para ti que acaricias mi rostro cuando lo ves angustiado. Para ti que secas mis lágrimas antes de que caigan al suelo. Para ti y únicamente para ti este tiempo de radio. Para ti seguiré siendo tuyo hasta el fin de los días.

Paco Morán (10-1-95)


La fidelidad conyugal sólo la conservan los moralistas

Para ti


El Vagabundo quiere darte las gracias por abrirle las puertas de tu casa y de tu corazón. Para ti que das sentido y comprendes la vida. Para ti que crees en mí. Para ti que me escuchas cada madrugada sin esperar nada a cambio. Para ti que me sigues y me buscas en la noche como si yo tuviera un gran valor. Para ti que me animas cuando me ves cansado y triste. Para ti que me ayudas a comprender el mundo. Para ti que sufres cuando yo sufro. Para ti que me aguantas y me lo perdonas todo. Para ti que miras mis ojos como una cercana estrella. Para ti que no te aburres de estar a mi lado. Para ti que cada noche me esperas como me esperaste el primer día. Para ti que compartes mis sueños. Para ti que me das una bocanada de oxígeno cuando me ves agotado. Para ti que acaricias mi rostro cuando lo ves angustiado. Para ti que secas mis lágrimas antes de que caigan al suelo. Para ti y únicamente para ti este tiempo de radio. Para ti seguiré siendo tuyo hasta el fin de los días.

Paco Morán (10-1-95)


La fidelidad conyugal sólo la conservan los moralistas

28 letras


Las palabras se construyen en el cerebro, las cuerdas vocales se encargan de lanzarlas y los labios las depuran para que sutilmente las recibas. En este espacio de radio abierto hacia lo perdurable, las palabras son más importantes que la música. Ese es mi destino y así viajo cada madrugada.
La radio de El Vagabundo se ha convertido en los últimos años en una radio innovadora, sensual, atractiva, imaginativa y romántica. Por ello, esta radio sueña cada noche con alcanzar los límites de lo perpetuo.

Paco Morán (23-5-96)

Una palabra es capaz de arruinar una vida humana

Palabra de aliento


Soy yo el que te habla, un hombre que lanza sus mensajes desde la orilla de las aguas del Atlántico. El Vagabundo aparece en la radio cuando ya todos han hablado, cuando ya el día se esfuma y el ocaso aparece en tu vida. El Vagabundo te estimula para que le acompañes por su tradicional paseo nocturno, un recorrido por las frecuencias de lo desconocido que te afirmará en tus deseos de descubrir una nueva sensación interior. A esta hora romántica y oscura lanzo mis mayores deseos de solidaridad. He decidido llenar este espacio de radio desde la imaginación que me ofrece este paisaje milenario.

Cuando quizás la radio hoy se ha convertido para ti en una jaula de grillos, donde las voces radiofónicas han mencionado las guerras y las discordias de este sórdido día, llega El Vagabundo para contarte algo nuevo, un nuevo intento por abrir tu expectativa a la nueva vida que por delante de ti florece. Una nueva vida en la que la lágrima será un símbolo de emoción y de alegría. Llego sin nada que pedirte y proporcionando fieles reflejos de bondad a quienes me escuchan. Llego para darte lo que durante el día nadie ha podido o querido darte. Llego con el aval que me ha dado mi sedentaria vida por los sombríos caminos.

Cuando ya todos han hablado, ahora tú me visitas para que nuestras palabras formen una orgía de sentimientos. Nuestras palabras pretenden hacerte saltar del profundo hoyo que te rodea, que te atrapa a su inestimable antojo. Ya habrá merecido la pena pasar frío en esta noche intensa si al final El Vagabundo consigue lo que pretendes. Tú como yo, podemos formar un ejército de viejos compañeros de la soledad y la zozobra.

Paco Morán (21-12-95) 

El rico no quiere ser pobre y el pobre quiere ser rico. Difícil dilema

Obra de arte


Creo que una chica desnuda vale más que un millón de estatuas. Una mujer hermosa tendida en su alcoba vale más que el Dalí que cuelga de una de las paredes del Museo del Prado. Una bella dama paseando desnuda por la arena mojada de una playa salvaje vale más que lo plasmado por los pintores de Altamira. Una mujer haciendo el amor con su pareja es más hermosa que la lectura de un Cervantes. Y es que amada mía, prefiero verte a ti que contemplar a la Gioconda o a la Venus de Milo. Tú eres una obra de arte más bella y perfecta  que cualquier creación artificial marcada por el valor de los mercados.

¿Sabes una cosa amada mía? A las obras de arte sólo se las pueden mirar. A ti en cambio, puedo mirarte, vislumbrarte, acariciarte y amarte.
  
Paco Morán (26-9-95)


Cada noche mis dedos desafían la ley de la gravedad sobre tu cuerpo

Nuevas generaciones


Quiero tener fe y esperanza en la juventud. El Vagabundo comienza a creer en las nuevas generaciones que configuran estos nuevos hombres y mujeres del fin del milenio. Soy a veces optimista cuando advierto escenas que me arrastran a este sentimiento de aguardo. Me emociono cuando veo en las plazas de las ciudades a jóvenes durmiendo en tiendas de campaña, soñando sobre el suelo para pedir y reivindicar la ayuda para el tercer mundo.

Son esos jóvenes, a los que los pesimistas arcaicos, tachan de pasotas. Pero ahí están. Haciendo sus dignísimas protestas. Ese es el rayo de esperanza que junto al objetor de conciencia encadenan sus ideas para acabar en el pacifismo. Todo esto es, en lo que el lenguaje filosófico se ha dado en llamar, salto cualitativo de fe en el hombre. Estos jóvenes, han saltado sin proponérselo,  al entendimiento de los pueblos, a la ruptura de fronteras. Algo está devolviendo a nuestra sociedad la salud perdida. Confío en estas nuevas generaciones de hombres y mujeres, que como El Vagabundo odian los ejércitos, las guerras y las miserias.

 Paco Morán (8-9-95) 

En la asignatura bélica, te pondrán un cero si no sabes explicar la mejor manera de matar al enemigo


Noticias del día


Cantó el gallo. Salió el Sol. Se abrieron los primeros bares. Sonaron los despertadores. Los obreros madrugadores se cruzaron en las calles. Los noctámbulos se marcharon a casa. Empezaron las avenidas a inundarse de coches. Sonaron las sirenas de las fábricas. El tostador se llenó de tostadas. Se abrieron los mercados. Las tiendas de flores desprendieron agradables aromas. Se llenaron las aulas de las escuelas.

En esta jornada se pusieron ladrillos, se firmaron préstamos, se leyeron periódicos, se pusieron multas, se dieron tirones, se colocaron denuncias, se certificaron letras, se devolvieron talones, se hicieron exámenes, se provocaron enfrentamientos, se carcajeó, se lloró, se escuchó la radio.

Y en el ocaso del día, volvieron a sonar las sirenas de las fábricas para finalizar la jornada mientras los niños volvieron a casa viendo como las farolas comienzan a iluminar la noche de la vetusta Onuba.  Y cuando llegó la noche, cambiamos el pantalón por el pijama, hicimos el amor y hablamos con nuestra conciencia. Pero al final de cada día, el imbécil siguió siéndolo, el bondadoso siguió su camino marcado, el tímido fue tímido y el cobarde, cobarde. Y mañana volverán a sonar las sirenas de las fábricas, cantará el gallo y volveremos al trabajo para aguantar al jefe.

Siempre igual, todos los días lo mismo. El Vagabundo quiere invitarte cada noche a descubrir nuevas sensaciones para cambiar tu vida monótona y aburrida. Te espero en el cono sur de España. Cuando el sol haya dejado el espacio del infinito a la luna, ven a verme. Te espero en mi alcoba. 

Paco Morán (26-6-95) 


Para romper con la monotonía sólo hay que bajarse del mundo en la próxima parada

No te fies


Las palabras y las promesas se las suelen lleva el viento. Los compromisos no atan, ni tan siquiera los firmados en el papel sellado de la amistad. El que menos te lo esperas, el mejor amigo, te la puede jugar. Esta sociedad se ha convertido en la ley de la selva. Si no eres una fiera y te niegas a arañar y gritar, mantente en tu lugar, pero siempre en alerta. 

El Vagabundo te pide que no colabores en la farsa de la vida. Te ruego que no seas partícipe de los engaños y traiciones. Te pido que no contribuyas a provocar el caos. No te fíes de nadie. No confíes en nadie, ni tan siquiera en mí. Al menos hasta que no pase este tiempo sórdido y confuso. Hasta que no acabe este tiempo miserable que nos tiene envuelto en la desconfianza. Al menos, hasta que llegue un viento fresco y nuevo que se lleve todas las mentiras. Ya tendrás tiempo hermano de encontrar lo que buscas. Ahora tu misión y tu deber es estar siempre observado y vigilando al que a tu alrededor se acerca.

Paco Morán (31-1-94)


Me gustaría firmar un contrato con un apretón de manos, pero...

No mires atrás


Cuando estés caminando por los dudosos e indeterminantes senderos de tus decisiones, transita siempre hacia adelante. Cuando estés rebuscando una meta que te pueda llevar a conseguir lo que siempre soñaste, camina con paso firme. Cuando tu decisión sea dubitativa, detente, de lo contrario caerás en arenas movedizas. Posiblemente no puedas obtener hoy lo que tú buscabas pero no te amedrentes, ya que siempre tendrás tiempo de mirar hacia atrás y reírte de los peligros pasados. Si no es hoy podrá ser mañana.

Y cuando vuelvas a intentarlo, mira siempre hacia delante y preocúpate de las contingencias por venir. Si llegan sin tumbarte, verás como no eran tan fieros esos mordiscos que la vida quería darte, y cuando pasen, ríete también de ellos. Pero estate alerta, puesto que pueden volver a intentarlo y, si ahora logran derrumbarte, estarás cansado para recuperarte y te costará seguir luchando por sobrevivir. Si por el contrario te rehaces y consigues superarte, ya no habrá peligros que puedan abatirte. Casi estarías en disposición de cantar victoria.                        
El Vagabundo como tú, siempre espera el peligro. Podrá matarme si llega algún día, pero no me podrán nunca quitarme el gustazo de morirme sonriendo.

Paco Morán (24-7-96)


El Vagabundo entra en el cementerio para oír el silencio sepulcral de los que descansan en paz

No corras


No tengas prisas por llegar a ningún sitio. Las metas suelen ser espejismos. El resultado final siempre es lo de menos. Lo que de verdad importa es navegar y navegar. Lo que de verdad importa es la aventura. Atrévete a dar un paso, y otro, y otro... Así días tras días hasta llegar a la meta final de la muerte. Ese es el único límite que todos alcanzaremos para colocarnos la medalla cuando crucemos el pórtico del cementerio. 

Paco Morán (9-3-94)

 Las metas suelen ser espejismos

No cambies


El Vagabundo vive abierto a todo, absolutamente a todo y a todos. Pero casi me gustaría exigirte que te atrevas a mantener tus propias convicciones. Si te equivocas en algo, que te demuestren realmente que te has equivocado, aunque seas tú mismo el que te quite la razón. No cambies simplemente por cambiar, o meramente porque esté de moda permutar de forma de ser. Me niego, como tú deberías negarte, a elegir un nuevo camino en el que diseñar tu comportamiento. 

Existen cosas en la vida que no se deben comerciar en el mercado de las modas. Debes ser honesto, aunque la honestidad no se cotice. Debes ser sincero, aunque te llamen arcaico. Debes ser romántico aunque se rían de ti. Debes ser siempre tú. No dejes que te despojen jamás de tu único patrimonio humano e ideológico. Y sobre todo, no camines hacia atrás como un cangrejo, lo de atrás ya lo conoces. Ahora sólo te interesa el camino y no las posadas.

 Paco Morán (7-8-96)

La verdad os hará libre

Jesús de Nazaret (año 32)

Nada cambia


Estamos empeñados en hacer de la vida un auténtico sendero de dificultades. Vivimos la existencia como si fuera una condena. Parece como si tuviéramos que pasar por esta vida siete veces, como lo haría un gato. No y mil veces no. Sólo una vez tenemos que atravesar el sendero hasta la muerte. Con el adiós ya no habrá vuelta a empezar. Una vez que lleguemos al cementerio, todo habrá acabado.

Y es que el hombre ya empezó a desviar su camino desde que cambió la carne de dinosaurio para pasar a la hamburguesa. El hombre desvió su camino desde que Caín acabó con Abel. Mira que ha pasado tiempo desde entonces, mira que ha cometido errores el ser humano, mira que se repite la historia en cada lugar del mundo. Y mientras vislumbramos todo esto, tenemos que observar escenas vergonzosas que hacen al hombre agachar la cabeza ante tanto delito. Pero cuando la levantas, vuelve a ver escenas similares. Nada cambia. Parece mentira que llevemos millones de años matándonos los unos a los otros. Parece mentira pero así es.
                                                                                         
Paco Morán (13-3-95)


El ser humano lleva matándose mutuamente desde hace millones de años

Monstruos humanos


Aunque no te lo creas, somos mejores de lo que parecemos. Hay días en los que no tengo demasiada fe en el hombre pero aparecen noches, como esta, en la cual deposito toda la esperanza en el ser humano. Salvo dos o tres monstruos creados por la naturaleza, en el fondo, el hombre es bueno. Ya lo dijo mi admirado Manolo Summers. Creo que podría ser verdad si todos nos lo propusiéramos.

Lo malo de todo es que los monstruos de la naturaleza nos imponen sus leyes y nos obligan a aparentar el mal. Como la bondad está desprestigiada, todos vamos con una careta por la vida y aunque seamos buenos y nobles, nos la colocamos cada ciclo para imponer respeto con la única idea de que nadie se pase con nosotros. No queremos consentir que nos tomen por tonto, y así, dejamos de ser buenos colocándonos a veces el disfraz de la maldad. Muchas veces no ponemos la otra mejilla sino que devolvemos el golpe. Pero esto no deja de ser justamente un parapeto para evitar lo irremediable.

El día en que comprendamos que la verdad no es una tontería y nos atrevamos a ser nosotros mismos, ya verás como nos convertimos en más humanos. Más bondadosos, más sabios, más inteligentes e incluso más ilustres. Convéncete de que somos mejores de lo que parecemos. Atrévete a reconocer que eres bueno y que se te saltan las lágrimas cuando contemplas escenas vergonzantes que hacen de este mundo un estercolero sin esperanza de salvación.

Paco Morán (28-3-95)


No te subestimes. No te maltrates. No te odies. No te trates como si fueras tu peor enemigo.

Momentos


Hoy busco en la madrugada un papel blanco en el que poder escribir lo que hoy deseo decirte. Estás dormida y contemplo tu sueño para poder inspirarme. Letras sobre el papel que quedará como testigo de una noche apasionada. Y porque aún veo mis besos ardientes sobre tu piel. Escribo letras y letras para dejar impregnado en el folio todo el recorrido que por tu cuerpo hicieron la yema de mis dedos.
Ha sido uno de los viajes más hermosos que jamás hicieron mis dedillos. No me emocioné tanto ni cuando con mis dedos acariciaban las cuerdas de mi guitarra. Jamás mis labios descansaron en un lugar tan ardiente. Mi boca hace unos minutos ardía como la erupción volcánica acaricia la ladera de la montaña. Miro tu sueño y deposito en el papel las letras llenas  de lagrimas de emoción por lo que me has dado sin pedir nada. Nada de ambición. Nada de materialismo. Solo me pides que te deje amarme como las aves piden al estío la mejor temperatura para acurrucar a sus polluelos.
La madrugada va avanzando y yo sigo escribiendo sobre el papel mojado por las lágrimas de emoción que de mis ojos caen.
La luna ya casi se ha despedido de mí y el sol parece asomar con sus primeros rayos por el pequeño resquicio de nuestra alcoba.
Tu despertar es muy lento, tan lento que tus movimientos parece una provocación a una nueva lujuria. Me miras y te miro, y sin decirnos nada abrazas mi cuello y lo aprietas contra tu pecho. El papel blanco con mis palabras se mezcla entra las sabanas revueltas. Nos movemos para que éstas sean testigo del momento más pasional de nuestra cita.

Paco Morán (17-11-2010) 

Pide amor y te daré pasión para que lo mezcles

Mis disfraces


Hoy me he disfrazado de lápiz de labios para pasear cerca de tu boca, de peine para acariciar tu cabello, de agua para apagar tu sed, de viento para jugar con tu vestido, de flor para que me huelas y me mimes, de camino para que pises cada centímetro de mi piel, de vida para que me vivas dentro de ti.

Hoy El Vagabundo se ha disfrazado de espejo para que te mires y lo veas, de sol para broncear tu clara piel, de música para que lo escuches, de estrella para que lo mires. Hoy El Vagabundo monta su particular baile de disfraces para vestirse de vida y para que vivas con él las veinticuatro horas del día.

Paco Morán (24-8-96)
                                                                 

A mí me pasa como a ti, que a veces me busco y no sé dónde estoy

Miradas cruzadas


Y tú me miras. Y yo te miro. Y nos miramos como dos adolescentes que se atraen tal cual un juego de niños que se engrandece con el paso de los gestos. No hacía falta hablar en esa noche compuesta por la complicidad vigilada. Miradas y más miradas desde una sana perversión que intentaba evitar el juego de ser descubiertos.
¿Qué buscaban ambos en ese cruzamiento alzado hacia la profundidad de un mensaje mudo?
Eran palabras invisibles que mostraban la confianza mutua y un sinfín de deseos de tenerse. Miradas como aquellos momentos que quedaron impregnados en un papel blanco bañado por lágrimas de emoción. Miradas de ayer y momentos de otros días imborrables.
Y allí estaba ella, siendo admirada por  él y diciéndole con palabras mudas el gran ser que había detrás de aquellos ojos brillantes que miraban embelesados al ser que ama.
Cuanto que dar en ese instante y cuando deseo guardado. Había en ese instante una prohibición explícita de entregar todo el amor al hombre mirado con destellos de grandeza. Y yo te digo amor mío, no gastes esos deseos en otra piel y guárdalos en el cofre de la espera para ofrecérmelo cuando te rodee con mis brazos y no con mis miradas. Espérame. No desesperes que tus deseos son los míos.
Mujer con bondad, inundada de amor para dar. Pero para dar sólo a él. En esta historia inacabable nadie tiene el derecho de la participación.
Y yo suspiro hoy, tras una madrugada en la que buscaba desesperadamente el recuerdo de esas miradas cruzadas en la noche que quedó impregnada de puro deseo por hacerte mía.

Paco Morán (18-6-2011)


El poder de la mirada es tan inmenso como el de la palabra

Mil gracias


Gracias por ser parte de mí. Quiero en este momento donde hago el balance de mi existencia, poder mirar dentro de mi corazón, mirar para encontrar, sacar de él lo mejor y regalarlo como parte de mi vida a mis mejores amigos, a todos mis amigos. A los que viven lejos y los que viven cerca..., los antiguos y los más recientes..., los que veo todos los días y los que raras veces veo a lo largo del tiempo. Amigos a los que siempre recuerdo y los que a veces olvido..., los de las horas difíciles y los de las horas felices..., los que sin querer herir y los que sin querer me hirieron. Aquellos que conozco profundamente y aquellos que poco conozco. Mis amigos humildes y mis amigos importantes..., los que me enseñaron y los que tal vez un poquito aprendieron de mí.

Quiero enraizar en forma profunda los nombres de mis amigos para que nunca sean arrancados de mi corazón y poder agregar nuevos nombres, que venidos de todas partes se junten con los existentes. Que nuestra amistad sea un momento de reposo en la lucha diaria de la vida. Quiero que el espíritu de este momento de reflexión haga de cada deseo una flor, de cada lágrima una sonrisa, de cada dolor una estrella y de cada corazón una dulce morada.

Gracias por ser parte de mi vida, y por permitirme ser parte de la tuya.

Paco Morán (12-8-2000)


Por los senderos de la vida hay que caminar con amigos

Mientras esperas


Cuando no tengas a nadie con quien hablar. Cuando no tengas nada mejor que hacer o un libro se te caiga de las manos. Cuando te falle una cita. Cuando necesites sentirte acompañado y al mismo tiempo no ver a nadie. Cuando estés aburrido. Cuando te veas conduciendo por una solitaria carretera. Cuando caminas por tu imaginario desierto, escucha la radio.

Mientras esperas al sueño. Mientras esperas a un cliente. Mientras aguardas para salvar la vida del que espera en el quirófano. Mientras vigilas en tu puesto de guardia. Mientras esperas a que te llegue la inspiración. Mientras haces el amor. Mientras te fumas el último cigarrillo apurando el último whisky, te invito a escuchar la radio de El Vagabundo.
Desde que las estrellan aparecen en el cielo profundo del infinito. Desde que pasas las noches removiendo recuerdos para viajar al pasado, El Vagabundo te ofrece una radio en la que no habla, susurra.

No sé emocionar, al menos eso creo pero El Vagabundo quiere ser la esencia de la radio en la noche. No entro por el oído, entro por el corazón. La profundidad de mis palabras sólo busca tocar la parte más sensible de tus sentimientos. El mundo gira alrededor de tus pies utilizándote como instrumento de la creación. Sólo formas parte de la escena con el telón por subir. Eres un mero espectador de la noche. Durante el día estás metido en un inmenso repertorio que forma la tragedia histórica de tu vida.
Ni héroe ni malvado. El Vagabundo sólo quiere ser una rebelde causa que busca la liberación personal en un milenio sórdido y confuso. Mientras esperas el fin de los tiempos sentado en el umbral de la esperanza escucha la radio.

Paco Morán (8-3-96)


Ya no podrás volver atrás porque  la vida te empuja hacia delante como un aullido interminable

Mi sombra


He salido de mi guarida. Veo como el mar está en calma total. El húmedo frío invita a pasear por la arena mojada de esta hermosa costa que me vio nacer. Camino descalzo para no distorsionar la melodía que el mar plasma desde el principio de los tiempos. Siento en mi interior el chirriar de los granos de arena al pisarlos. Llevo puesta una camiseta blanca con una frase que dice: “Engánchate a la vida”. Me la regaló un amigo que pudo salir del mundo de las drogas. Mi cazadora me refugia del frío intenso de la noche. Voy paseando y veo como la compañía inseparable de las olas me sigue en mi pasear por la costa.

No voy solo porque una compañía siempre está a mi lado, se mueve conmigo y va hacia donde yo voy. Desde que montaba de pequeño en bicicleta nunca se separa de mí. Cuando en la mañana me marchaba al instituto allí estaba ella. Cuando era humillado y perdía el tiempo en el ejército, ella estaba siempre a mi lado para consolarme. Ella es fiel, cariñosa, viajera, comprensiva..., y lo más importante, es que nunca se enfada por nada. 
Me ha acompañado en los éxitos y en los fracasos, en la salud y la enfermedad. Jamás le he dicho nunca nada, sólo me he limitado a mirarla constantemente para saber que está ahí. Pero hoy, en esta noche de penumbras, El Vagabundo quiere decirle que yo también la quiero porque en ella confío, porque nunca me falló, porque estuvo para cuando más la necesitaba. Sombra mía, juntos nacimos y juntos nos iremos para buscar otras sombras oscuras que nos darán cobijo eterno.

Paco Morán (7-9-94)


El mayor lujo es la amistad

Mi soledad y tú


La soledad nos llega acompañada de todos los hijos y fantasías del hombre. La soledad era más llevadera cuando nos acompañaba leyendo al Capitán Trueno o los Tres Mosqueteros. Ahora de mayor, la soledad se vuelve más dolorosa y triste. De niño no me daba miedo, de mayor se hace cada vez más temible. Ahora temo que su presencia sea demasiado prolongada. Sé que jamás me voy a poder librar de ella. En este momento, la contemplo delante del espejo sintiéndome incompleto, como si algo me faltara. La soledad me esta acompañando allá por donde voy. La soledad es como mi sombra, está esperándome hoy en cualquier esquina, en la barra de un bar, en la mesa de algún restaurante, acurrucada en la cama, o en el arcén de cualquier carretera. A la soledad la conozco desde que era niño, a la sombra desde que nací. A la soledad me negué siempre a darle cobijo, pero ahora, no me queda más reparación que quererla y abrazarla.

He de decirte, amor mío, que la soledad es mi única amante fiel. Cuando tú te marchas ella viene. Cuando tú me besas ella aguarda en silencio hasta que tú te marchas. La soledad nunca ha interrumpido nuestro acto de amor, porque ella, amor mío, no aparecerá cuando tú estés conmigo. En todo momento que te cortejo y te mimo, la soledad mira la escena en silencio sin interrumpir nuestro cruce de miradas. Pero cuando tú, amada mía, cierras las puertas y te marchas, ella me rodea con sus largos brazos y me mira con sus profundos ojos negros. La soledad nunca sentirá celos de ti bella dama, porque mi soledad sabe que nadie ocupará nunca su lugar.

Paco Morán (23-9-96)


No tengas celos de lo efímero

Narraciones escritas por Paco Morán









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